De Santiago a la ruta del vino
De Santiago a la ruta del vino
POR ENRIQUE CORDOBA
ESPECIAL/EL NUEVO HERALD
A las seis de la mañana aterrizó en Santiago de Chile el avión que había despegado del aeropuerto de Miami ocho horas antes, y al medio día el chofer nos sugirió ir al Cerro de San Cristobal para divisar la ciudad en pleno apogeo y luego almorzar.
Edificios históricos de arquitectura colonial en la zona del centro, sectores modernos, cafés, librerías, universidades, restaurantes para todos los paladares y bolsillos y grandes avenidas. La Nueva Costanera, es una de las calles exclusivas del barrio alto de Santiago. Preciosos centros comerciales –que no envidian nada a los de Estados Unidos- y decenas de torres con helipuertos para agilizar la movilización de los empresarios.
“Es tan intenso el tráfico aéreo sobre el área urbana de la capital que se habla de reglamentar el uso de los helicópteros en Santiago”, comentó la periodista Carmen Schmitt editora de la revista Aldamir.
Los chilenos se han empecinado en sacarle el mejor provecho a los 756,096 kilómetros cuadrados de su estrecha franja territorial a lo largo del Océano Pacífico y lo están logrando.
Mientras otros países dejan ir a sus profesionales éste sigue atrayendo a sus másteres y cerebros. Su formación y experiencia en el exterior ha contribuido a llevar a Chile hasta las puertas del Primer Mundo.
El balance de las políticas de libre mercado y los acuerdos comerciales con 52 países se pueden notar de muchas maneras. Sus resultados económicos y en el ir y venir de elegantes ejecutivos, por hoteles, restaurantes, simposios y centros de negocios.
Además de los museos, la Plaza de la Moneda, la casa de Neruda y los barrios tradicionales, hay que pasar por el Mercado Central, un lugar popular e histórico que ofrece pescados y una cazuela de mariscos energizante y deliciosa.
Las dificultades con las que la naturaleza sorprendió a Chile en el último año, han servido de prueba a la tenacidad del pueblo. Hoy los 17 millones de chilenos muestran orgullosos una nación en desarrollo que sale adelante.
Entre Los Andes y la costa se extienden las superficies que antes eran terrenos anónimos y ahora están transformados en fértiles valles sembrados de parras. El clima mediterráneo, las perfectas condiciones del suelo y la tecnificación hacen que en Aconcagua, Colchagua, Maule, Maipo y Casablanca se produzcan los mejores vinos de la zona central de Chile.
Con marzo llega la vendimia o recolección de uvas para la producción del vino. Acuden los principales productores del “elixir de los Dioses” y muchos pueblos dan a conocer las tradiciones campesinas.
Lapostolle es parte de la Ruta del Vino del valle de Colchagua. Saliendo de Santiago por la Ruta 5 sur se ubica la bodega Clos Apalta. Tiene visitas con degustaciones, cabalgatas en los viñedos y almuerzos campestres. Hay posibilidades de alojamiento en cuatro lujosas casas dentro de los cerros con bosques que invitan al deleite de la naturaleza.
Como los principales viñedos de Chile, Lapostolle exporta el 95 por ciento de su producción a 80 países como Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Francia, Suiza y Japón.
Chile es además de un país de letras, un territorio de viajes y para amantes del vino.
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