ENRIQUE CORDOBA: Colombia, un volcán de noticias

ENRIQUE CORDOBA

Es como una mujer a quien amas porque encanta; que coquetea con su riqueza; seduce por la belleza y sus formas, conquista por su brillante futuro y logros demostrados; aun cuando al mismo tiempo preocupen los lunares que esconde bajo las faldas.
Así es Colombia; un país que ofrece lo que uno quiera. Para sentir orgullo de la inteligencia y capacidad de trabajo de sus gentes o vergüenza de los altos niveles de pobreza en que vive casi la mitad de su población. Un país donde indigna la deshonestidad y saqueo de los recursos públicos por empresarios que actúan bajo la complicidad de un enorme sector de la clase política. Todo lo anterior sumado a salarios de hambre y a la indolencia social de explotadores quienes podrían ayudar a mejorar la vida de los desposeídos.
En Colombia los adinerados viven mejor que los millonarios de Estados Unidos y los pobres techan sus casas con cartón y no tienen nada que comer.
Sin embargo lo que más hace sentir a gusto a Fátima Hossein de vivir en Bogotá es el clima y su gente. “Los colombianos son familiares y siempre tienen una sonrisa”, afirmó. “No importa quien sea, siempre son alegres”, dice.
“Vente, vamos a vivir en Colombia”, le dijo su marido un inversionista persa, hace doce años después de salir de Canadá y viajar un año por América Latina buscando un buen país para sentar reales. “Un día Seidy Koushesh se levantó con el deseo de vivir en América Latina y aquí estamos”, comentó Fátima. Habían emigrado de Teherán a Quebec luego de la caída del Sha de Irán, Reza Pahlavi.
A pesar de los grandes desequilibrios socioeconómicos, en medio de las contradicciones internas, el juego de intereses y la geopolítica regional, Colombia pasa por el mejor momento de su historia. Si los jueces logran poner en la cárcel a varias docenas de políticos y empresarios ladrones que han cometido estafas por sumas nunca antes conocidas en la historia del país –cuyos procesos penales han escandalizado a todos– la sociedad confiará en las leyes. Así el impulso llevará a Colombia transformada en una locomotora, hasta metas reales de prosperidad y justicia social.
El país se ha contagiado de una atmósfera de negocios y el crecimiento del turismo ha promovido la llegada de enormes capitales, nuevas líneas aéreas y más cadenas hoteleras.
Las exportaciones durante el mes de marzo fueron récord. Llegaron a 4,899 millones de dólares –47% más que en el mismo mes del 2010– casi igual al valor de lo exportado en un año a Venezuela en los buenos tiempos. Colombia jamás había exportado esa suma en un solo mes, comentó Jorge Durán del banco Davivienda. Hoy Colombia se acerca al millón de barriles diarios, lo que indica que explota un poco menos de la mitad que Venezuela.
“Adoro Colombia por sus gentes y sus bellezas”, me dijo Rafael Ardila, un empresario catalán radicado en Bucaramanga hace varias décadas.
Ir a Santander para verificar las señales de progreso dados por el gobernador Horacio Serpa Uribe y la competividad nacional del liderazgo industrial del departamento, ameritan un reconocimiento.
El Parque Nacional del Cañón del Chicamocha es una maravilla turística. Al lado encontramos La Mesa de los Santos, Girón y la ciénaga de San Silvestre.
Durante mi viaje escuché los terribles testimonios del médico Yesid Blanco, del profesor Luis Gabriel Taboada y de Carlos Contreras, alcalde de Barrancabermeja, quienes sobrevivieron episodios crueles hace solo diez años.
“Son historias de la violencia pasada, somos jóvenes y ahora nuestro compromiso es con la vida y el progreso”, declaran con vehemencia.
Hay numerosos proyectos de construcción de condominios para albergar a los extranjeros de la industria de los hidrocarburos. Barrancabermeja es la capital petrolera de Colombia y cabecera del Magdalena Medio, una rica despensa minera y agropecuaria donde se construye Hidrosogamoso, con una importante inversión multimillonaria.
La ciudad-región de Bucaramanga –con dos millones de habitantes– presenta los índices de pobreza extrema más bajos del país. Según Fernando Vargas, su alcalde, “somos la tercera ciudad donde hacer negocios es más fácil, tiene la mejor cobertura en educación básica y media y la tasa más baja de desempleo en Colombia con 9.1%”.
Colombia, como la provincia de Santander, es hoy un país para seguir de cerca, porque muchas cosas buenas están pasando

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