Asados, candombe y paseo por Uruguay
ENRIQUE CÓRDOBA
ESPECIAL/EL NUEVO HERALD
Uruguay, el “estado tapón” que se disputaron en el pasado España y Portugal, en el río de la Plata, tiene hoy un sinfín de maravillas naturales con las que se prepara para celebrar un nuevo aniversario de la fiesta patria el 25 de agosto.
Pequeño, con 172,000 kilómetros cuadrados y 3 millones de habitantes, suficientes para encontrar 11 férreos jugadores de fútbol y triunfar en torneos mundiales y gentes que incluyen en su dieta apetitosas carnes a la parrilla.
En Montevideo hay muchos sitios para visitar. La Puerta de la Ciudadela que se conserva desde 1746, el Banco República, el Teatro Solís, el enrejado de la plaza Zabala, en la Ciudad Vieja, la Plaza Constitución, peatonal Sarandí y Bacacay, el Palacio Taranco muestra de la “Belle Epoque” y museos como el del célebre pintor Joaquín Torres, la casa-museo del poeta Juan Zorrilla.
El Mercado del Puerto es un lugar de visita obligada. Allí se aprecia bajo el armazón de hierro forjado, que asemeja las monumentales estaciones de trenes europeos, un conjunto de restaurantes, terrazas y tiendas. El toque espontáneo lo ponen músicos callejeros y artistas de la bohemia local.
El café, cafés o cafeterías son momentos históricos que hicieron famosa la Montevideo de los años sesenta. Aún hoy algunos sobreviven. Son restaurantes o bares de reunión donde se sirven comidas o licores y se arman tertulias literarias, políticas, de fútbol o de mujeres. “Viven del recuerdo de Benedetti pero hoy reciben a Eduardo Galeano”, comenta Daniel del Prato, periodista de Rocha.
Punta del Este es una ciudad balneario con hoteles de lujo, casinos, restaurantes con cocina internacional y sectores de chalets y mansiones donde argentinos y brasileños adinerados pasan temporadas vacacionales. En este puerto peninsular se sirven variados platos con mariscos y pescados, además de las típicas parrillas a base de carne asada.
En mi viaje de Punta del Este a Chuy, una población en la frontera con Brasil donde acuden compradores atraidos por las mercancías sin impuestos, tuve varias sorpresas.
Bucólicos paisajes de palmeras en Castillos, fuertes para la defensa contra los invasores, playas y pueblitos de pescadores como Punta del Diablo, restaurantes como Doña Tota y faros para avistar ballenas.
Buena parte de este recorrido se hace por vías del departamento de Rocha, lindante con el océano Atlántico, rico en lagunas, arroyos y praderas abiertas donde se engordan ganados para la exportación.
El turismo rural uruguayo pasa por visitas a las estancias, que son fincas de familias con gran tradición, donde se conservan casonas antiguas con mobiliario, adornos y objetos importados de Europa hace un siglo.
Los tambores de las comparsas, el candombe, un género musical autóctono originario de los esclavos negros y las murgas formadas por artistas que recrean el acontecer socio político del país a través de sátiras, son expresiones del folclor nacional.
“El carnaval uruguayo es el mas largo del mundo porque son 40 noches de fiesta” asegura Davis Machado, el chef de “Doña Paulina” un afamado restaurante uruguayo de la Calle Ocho en Miami.
La milonga es otro referente de la vida uruguaya que amerita una escala en Tacuarembó, donde está la casa que según los uruguayos nació Carlos Gardel.•
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