La vuelta al Brasil en dos semanas

ENRIQUE CÓRDOBA ESPECIAL/EL NUEVO HERALD Este viaje por Brasil empezó por Sao Paulo, siguió a Bahía de San Salvador, continuó por Brasilia, luego Foz de Iguazú y terminó en Río de Janeiro. Me habían dicho que Sao Paulo era muy grande por lo que cronometré el tiempo de sobrevuelo y confirmé, reloj en mano, que el avión requirió de media hora para atravesar la gigantesca la ciudad, sobrevolando barrios, vías y edificios. La caminé y entendí aquello de que Sao Paulo tiene más restaurantes que Nueva York y que es una ciudad despierta las 24 horas del día. “Puedes salir a las tres de la mañana para cocerle el dobladillo a un pantalón y encuentras varias modisterías abiertas que te resuelven el problema”, me dijo Leonor Amarante, periodista y curadora de la Bienal de la ciudad. “No solo somos la capital de los negocios de América Latina, somos la Meca del entretenimiento”, aseguró. Los paulistas se ufanan de vivir en una metrópoli donde ocurre “un evento cada 12 minutos”. Con 21 millones de habitantes, cuenta con 280 salas de cine, 115 teatros, 70 museos, 40 centros culturales y posee más de 50 tipos de cocinas internacionales. Llegar a Bahía, la primera capital colonial de Brasil es sumergirse en la “Capital de la Alegría” levantada entre mar, samba y las novelas de Jorge Amado. Lugar entretenido y fácil para el turista que puede aceptar el consejo de ir a la playa de Pituba en la mañana, hacer un recorrido por el casco histórico de Pelouriño y cenar carnes o fondue de rissoto en uno de los restaurantes de la Rua Julio David o Plaza de Colombo. Bahía es conocida como la “Roma Negra” por la elevada población de origen africano, lo cual se refleja en la música, la gastronomía, las artes y organizaciones como el Grupo Olodum y el Centro Yoruba Candomblé. Los edificios coloniales de gran colorido, las calles empedradas y las iglesias antiguas son un marco pintoresco que atrae de esta ciudad de tres millones de habitantes, extendida a la orilla del mar. La visita a Brasilia, la ciudad futurista de amplias avenidas y enormes edificios públicos planificada por Lucio Costa y Oscar Niemeyer en 1956, es un encuentro con el Brasil de la modernidad y el orden. Es una megalópolis en la que uno se encuentra con gentes y restaurantes de todos los continentes. De Brasilia viajé al extremo oeste del estado de Paraná, en la frontera con Argentina y Paraguay. El avión aterrizó en Foz de Iguazú, vecino a Ciudad del Este, en Paraguay y Puerto Iguazú en Argentina. Allí están las Cataratas del río Iguazú y la ciudad es considerada un enclave multicultural donde conviven italianos, alemanes, libaneses, chinos, japoneses y los habitantes de los países vecinos. El viaje organizado por www.costamar.com concluyó en Río de Janeiro, una ciudad tan maravillosa, versátil y de contrastes sociales que no cabe en una postal y merece crónica aparte.• Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2013/03/23/1436355/la-vuelta-al-brasil-en-dos-semanas.html#storylink=cpy

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *