Pueblos de la sabana de Bogotá
ENRIQUE CÓRDOBA.- ESPECIAL/EL NUEVO HERALD.- Un turista que quiera salir de Bogotá para visitar sus alrededores tiene la opción de descubrir en un fin de semana, una veintena de pueblos de la llamada sabana, ubicados al pie de la cordillera Oriental de los Andes, cuya temperatura promedio es de 15 grados centígrados. A diferencia del vértigo de Bogotá, estos son pequeños pueblos pintorescos donde a una o dos horas de la ciudad se respira tranquilidad y se refugian los habitantes de la capital para cambiar de ritmo de vida. Conectados por autopistas y buenas carreteras son pueblos de gente amable y laboriosa que parecen detenidos en el siglo XIX. Ofrecen restaurantes de cocina típica, grupos de música de cuerdas, haciendas con ganaderías de leche y caballos percherones, casonas coloniales, tiendas de artesanías y un bello paisaje de humedales, bosques de eucaliptos y naturaleza verde. El turista tiene tres opciones: puede ir en taxi, ya que en Bogotá el servicio de taxis no es costoso, (se recomienda contratar las empresas de taxis de los hoteles); alquilar un automóvil y viajar por su cuenta, o visitar la sabana a bordo de un tren clásico con locomotoras a vapor. El tour más usual y práctico consiste en salir en auto por la autopista de Bogotá vía Chía, Cajicá, Zipaquirá y Nemocón. Al regreso conviene tomar la autopista central del norte, pasar por Sopó y luego de degustar los manjares de Alpina retornar por La Calera a Bogotá. El tren sale de la Estación de la Sabana, (Kra 13 # 18-24) y sigue 15 kilómetros a Usaquén, (donde también puede abordarlo Transversal 10 # 110-08). Continúa a La Caro, kilómetro 34, (allí se puede desviar hasta el parque Jaime Duque en Briceño) o seguir a Cajicá kilómetro 40, y finalmente llega al kilómetro 53 en Zipaquirá, donde está la famosa Catredral de Sal. Un paseo por las calles, bares y atractivos turísticos de cualquiera de los pueblos de la sabana tiene un componente gastronómico para degustar los platos de comida criolla. El Restaurante Sanalejo de Cajicá ofrece para desayunar: calentao de frijoles o de lentejas, un delicioso bistec a caballo o el tradicional desayuno con café o chocolate, queso campesino, panecillos, huevos al gusto y arepa. Arepa’s Wolrd es uno de los puestos de comida más visitados en la plazoleta de comidas de la catedral de sal de Zipaquirá. “Son arepas de maíz rellenas de carne, camarón, pollo o chorizo”, dice su propietario, el periodista Tulio Pizarro, editor de Passport Magazine. “El menú ofrece trucha al ajillo y carne a la plancha acompañada de papa”. Otras personalidades del mundo artístico como el cantante Andrés Cepeda y el humorista “Don Jediondo” incurcionan con restaurantes en la sabana. “Buscamos relax y billete”, asegura Pizarro. Otro de los encantos de la sabana es Guatavita, que alberga la laguna sagrada donde sucedió la leyenda del oro de El Dorado que atrajo a los españoles a estas tierras hace 400 años.• Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2014/03/22/1706265/pueblos-de-la-sabana-de-bogota.html#storylink=cpy