Costa Rica atrae el turismo `verde’

Nuestra América
Costa Rica atrae el turismo `verde’
By ENRIQUE CORDOBA
Especial/El Nuevo Herald
San José, la capital de Costa Rica, es un buen punto de partida para recorrer este país centroamericano de cinco millones de habitantes y 51,000 kms. cuadrados donde todo es «pura vida».
Los ticos han logrado excelentes resultados turísticos, gracias a la promoción de su biodiversidad, lo apacible de la vida del país y las riquezas naturales.
Los turistas llegan para explorar sus parques nacionales, los volcanes, la fauna, los bosques y montañas. Asimismo van tras las playas y a disfrutar de la armonía que reina en ciudades y campos.
Llegué desde Miami al aeropuerto de San José, que lleva el nombre de Juan Santamaría y está ubicado en el cantón Alajuela. Con Cartago y Heredia conforman la gran área metropolitana. Le siguen en importancia las provincias de Puntarenas, Guanacaste y Limón.
Los amantes de las playas tienen en el Pacífico a Guanacaste y Puntarenas, y Limón en el Atlántico.
Opté por ir a Guanacaste, un viaje que puede hacerse por carretera en menos de un día –aquí todo es cerca–, entrando a poblados, saboreando los platos regionales y admirando los volcanes de la zona: Rincón de la Vieja, Miravalles y El Tenorio.
Uno de los más conocidos es el volcán Arenal que se encuentra en San Carlos de Alajuela y en plena actividad. En las noches despejadas se divisan las erupciones, y el cono se puede admirar en días claros y de buen sol.
El Poás está 20 minutos al norte del aeropuerto y tiene el cráter más grande del mundo.
A cuatro horas de viaje, en la ruta hacia la costa del Guanacaste, se pasa por San Ramón, el cantón de los poetas. Es una tierra de clima cálido donde los turistas aprovechan programas de pesca o baños en los ríos, y hacen senderismo por las montañas.
Sarchí es el pueblo donde fabrican las »carreteras», un emblema de la identidad cultural de los costarricenses. Son hechas de madera con diseños y variados colores. »Antiguamente se usaban como medio para transportar gentes y productos agrícolas como el café», recuerda la diplomática Lorena Sánchez.
Muy cerca del litoral Pacífico hay una región de caseríos de vida rural donde el viajero entabla comunicación fácil con la gente local. Cañas, Las Juntas, Sardinal y Bagaces son poblados de clima muy caliente donde abundan las frutas tropicales.
Para llegar a Nicoya y seguir al mar desde Cañas, se cruza el Puente de la Amistad, en cuyas vecindades habitan los sabaneros, vaqueros o dueños de finca. Son gente de sombrero, sencillos, nobles y muy amigables.
Guanacaste tiene playas como Flamingo, Tamarindo, El Golfo de Papagayo, Conchal, Carrillo y Samara, muy mencionadas debido a que allí tiene su finca Mel Gibson. En las sabanas hay cañaverales y fincas ganaderas y arroceras.
La cocina guanacasteca ofrece pescados y mariscos por un lado, y un menú de tortillas de maíz aliñadas con queso. No faltan la mazamorra, la horchata y el pinolillo, que son bebidas elaboradas con harina de maíz o de trigo. Es popular el ceviche de cambute, corbina, camarón, vuelve a la vida y de chucheca o piangua.
En las noches, en hoteles y restaurantes, los grupos musicales tocan la marimba, instrumento básico del folclor de Costa Rica.
La bomba es una modalidad musical alegre de parodia y picardía: «Las playas del Tamarindo se juntan con las del Coco; mi mamá no quiere que yo me case, y yo tampoco».
La moneda nacional es el colón que se cotiza a 521 por dólar. El turismo proporciona a Costa Rica la principal fuente de divisas. Dos millones de visitantes ingresaron el año 2007 por el aeropuerto internacional de la capital.
Al Valle central llegaron un millón y medio y el resto visitó Guanacaste y Limón.
El turismo verde sigue siendo la gran bandera y atractivo para recorrer este paradisíaco rincón de Centroamérica.•

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