Crónica de Italia
Crónica de Italia
ENRIQUE CORDOBA
Ischia, Italia — Observo la alegría con la que tres niños disfrutan del mar y el sol veraniegos de estas bellas costas mediterráneas.
Georgio y Thomy, nacidos en Miami, y Alessandro, napolitano, viven a una cuadra de la playa. María, la madre de los niños, es cubana y siendo empleada de The Miami Herald vino de vacaciones a este paraíso donde conoció a Vincenzo Di Costanzo, dedicado a transportar turistas, quien la llevó a visitar los lugares interesantes de la isla, pero en este caso se desbordó en atenciones. Terminaron enamorándose, la historia pasó por la iglesia y fruto de ese matrimonio son estos tres chicos de diez, siete y tres años de edad, que estudian en la población de Forio, son trilingües y en invierno viajan a Miami donde comparten con su abuela y sus padres.
Durante la temporada alta, cuando a la isla llegan seis millones de turistas, Vincenzo no para de recibir visitantes y alquilar sus tres aparta-estudios y en octubre vuelve a Miami, donde trabaja como camarero en el Café Abracci, en Coral Gables.
En el lote de 500 metros cuadrados a 100 metros de la playa, Vincenzo construyó los aparta-estudios por un valor de $200,000 con materiales fiados y dineros prestados por un amigo, »sin firmar nada, todo de palabra. Esto no pasa sino en esta isla», dice.
María se encariñó con Ischia, una isla de historia y muchas flores todo el año, y celebra con felicidad que sus hijos se críen en un medio seguro, de cero criminalidad y jugando libres a la orilla del mar.
El problema de Ischia es el mismo que me contaron Ingrid Hartman y Alvaro Galindo, mientras tomábamos un café en Roma: la clase política vive de espaldas a los retos sociales y económicos de los italianos. El país se va de pique en medio de la corrupción y el populismo. Italia vive una enorme crisis como toda Europa. Los jóvenes no se independizan y siguen en casa de los padres. Una secretaria devenga mil euros y con eso no se paga un apartamento, no es suficiente para vivir.
Por tal motivo hay un bajo índice de matrimonios, y la juventud prefiere seguir bajo techo con su familia. Este fenómeno también ocurre en España. En cambio, la mentalidad norteamericana crea independencia y responsabilidad si tenemos en cuenta que a los 18 años los muchachos salen de su casa. De esta manera hacen su vida y entran como un nuevo eslabón del engranaje económico de Estados Unidos.
El desempleo aumenta todos los días. »Juan Pablo, mi hijo de 29 años, tardó cuatro meses en encontrar empleo, le pagan mil euros», dice Ingrid. »Tuvo suerte», replicó Galindo. »Conozco amigos que llevan cuatro años buscando trabajo». La seguridad social y la educación es gratuita en Europa, la asume el estado y la mayor parte de la población utiliza los sistemas públicos de transporte.
Uno no entiende cómo es posible que un país ante este panorama siga su tradición, y se detenga durante julio y agosto.
Cierran oficinas, la burocracia se paraliza y todos se van al mar de vacaciones o a la montaña. No es cuestión de adinerados o no, es que todo el mundo se va de ocio, a descansar, a pasear.
En el caso de Ischia, cuya población es de 60 mil habitantes, recibe seis millones de turistas, principalmente napolitanos, asegura Vincenzo.
Hay que contarlo para creerlo: »Mi peluquero se me fue», me confesó Felipe Arango, pintor bogotano radicado en Roma. Y hasta la tienda donde compraba su merienda la secretaria de Juan Gómez Martínez, embajador colombiano ante el Vaticano, »cerró sus puertas en vacaciones». Es increíble, Roma se detiene en época de vacaciones. »Hasta el Papa se va para la montaña», sostiene Galindo, periodista colombiano que transmitió un Concilio Vaticano con dos micrófonos: uno de Radio Caracol de Colombia y la cadena SER de España.
A pesar de estas realidades, Italia encarna la idea de un pueblo que trabaja para vivir, mientras que en Estados Unidos se vive para trabajar. Por ahora la familia Di Costanzo sólo espera que salgan botes de la costa amalfitana, Positano, Salerno, Ravelo, Sorrento, Capri y Nápoles y desembarquen más turistas en el puerto de Forio
Esta genial el post. Un cordial saludo.