De Ponce de León al Siglo XXI

De Ponce de León al Siglo XXI

BY ENRIQUE CORDOBA

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

Juan Ponce de León acudió puntual a la entrevista en el sitio señalado, Ponce de León Blvd. y Miracle Mile, corazón de la ciudad de Coral Gables.
Saboreó el cafecito cubano que le compré en el Versailles y respondió sin titubear a la pregunta de qué era lo que más lo había maravillado de lo que había visto.
«Jamás pensé que aquella aventura sería el primer paso para crear el mundo hispano que hoy es protagonista de la vida americana», expresó.
Todo le asombra a Ponce de León. Todo ha cambiado mucho de los indígenas nativos hostiles con los que se encontró al entrar por Cabo Cañaveral. Ahora, queda admirado de que de los 18 millones de habitantes de la Florida, el 21 por ciento –3.7 millones– son de origen hispano.
«En La Habana circularon rumores de la existencia, en los alrededores, de aguas medicinales que curaban», agregó. «Unos paisanos míos de Andalucía y Extremadura decían que era la fuente de la eterna juventud. Me interesé y salí a buscarlas. Así fue como llegué a estas tierras en 1513. Había cumplido 53 años de haber nacido en Santervás de Campo,
Valladolid».
¿Es cierto que buscabas las aguas de Bimini para curar tu impotencia sexual?
«¿Quién dijo eso?», cuestiona ofuscado Ponce de León.
Gonzalo Fernández de Oviedo en su Historia general y natural de las Indias, de 1535, le respondo.
Es más, agrego. El cronista Francisco López de Gómara, que acompañó a Hernán Cortés en México, también lo asegura en su Historia general de las Indias, de 1551.
Dejemos esos detalles íntimos para otra ocasión, le sugiero. Cuéntame de esa epopeya, de aquellos días.
Ponce de León hace memoria y relata:
«Fueron ocho años cerca de esta península; el propósito era conquistarla y colonizar los territorios para el rey. La última vez que estuve en la Florida fue en 1521. Vine de Cuba con dos barcos, 200 hombres, 50 caballos, cerdos, gallinas, herramientas, picos, palas y machetes para levantar viviendas y trabajar la tierra».
¿Cómo fue que encontraste la muerte?
«Nos atacaron los calusas cerca de la Bahía de San Carlos, próxima al Puerto Charlotte. Me hirió en una pierna una flecha envenenada y salí para La Habana donde dejé de existir. Sin embargo, mi tumba está en la catedral del Viejo San Juan en Puerto Rico, si me quieren
visitar».
En el 2013 –dentro de tres años–, se conmemoran los 500 años de la presencia de España en Estados Unidos. Durante este tiempo se han desarrollado una historia y un conjunto de valores que proyectan un futuro extraordinario por su dinámica social, que reconocemos como la herencia hispánica.
La influencia de la comunidad hispana en Estados Unidos mantiene un gran impulso que se manifiesta en todos los aspectos de la vida cotidiana: el idioma, la música, la política, la economía, la gastronomía y las costumbres, entre otros.
Desde el punto de vista demográfico, la comunidad hispana registra un vertiginoso crecimiento, según censos recientes.
En 1960, por ejemplo, el 75 por ciento de los nacidos fuera, eran europeos, y los hispanos sólo llegaban al 9.4 por ciento de la población de Estados Unidos. En 1990, sólo el 22.9 por ciento venía de Europa y el 44.3 por ciento había nacido en América Latina. Para 1997, los hispanos no nacidos en suelo estadounidense sumaron el 51.3 por ciento. Si no le asombra este aumento tan impresionante veamos lo siguiente: para este 2010, cuando las cifras de población se proyectan en 308 millones de personas, se estima que la comunidad hispana es de 49.7 millones, rompiendo los pronósticos que se quedaron bajos.
Además, es importante señalar que cada ocho segundos nace un niño hispano y los expertos creen que la inmigración internacional agregará una persona cada 37 segundos a la población estadounidense.
Si los hispanoamericanos residentes en Estados Unidos sobrepasan los 47 millones, éste se convertirá en el segundo país de habla castellana. México tiene una población de 100 millones, Argentina, Colombia y España, rondan los 45 millones.
El aprendizaje del idioma castellano también ha tenido un impresionante crecimiento.
Alvar Núñez Cabeza de Vaca, nacido en Jerez de la Frontera, inició en 1527 una larga expedición. Este andaluz cruzó la Florida y la suya fue la primera misión que trajo el castellano al sur de Estados Unidos.
Las expediciones se multiplicaron tratando de ganar territorios. Pánfilo de Narváez salió de Tampa y su grupo navegó hasta Texas, mientras que Juan de Oñate conquistó Colorado y la Nueva Galicia.
En el año 1800 se calcula que la población hispanoparlante alcanzó 100,000 habitantes en los estados de Florida, Luisiana, Texas, Nuevo México, Arizona y California.
Hoy el castellano es la segunda lengua más hablada en Estados Unidos. Es el idioma más estudiado por los estadounidenses, desplazando al francés, que se mantuvo adelante hasta el 2000.
Miles de ejecutivos estadounidenses han descubierto que quienes dominan la lengua de Cervantes, tienen mayores oportunidades laborales en muchos estados de la nación.
Económicamente, el mercado hispano es muy apetecido por las grandes empresas, como la industria automotriz, los seguros médicos, la industria de la construcción y los medios de comunicación, entre otros.
Los especialistas en mercadotecnia han descubierto que los hispanos son quienes hablan por teléfono más tiempo y con mayor frecuencia, y los que más cambian de automóvil; además, las hispanas son las que más maquillaje compran. En síntesis: el hispano integra una comunidad de alto nivel de consumo.
La música compuesta e interpretada por los hispanos gana espacios día a día, y sus festivales y eventos, atraen a un público multicultural.
Los objetivos políticos aún están por verse, pero es un hecho que pese a que el liderazgo hispano avanza con lentitud, el futuro es promisorio. Recientemente, Sonia Sotomayor se constituyó en primera hispana en ser confirmada jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos y esto es un logro extraordinario.
Ahora, se ha convertido en un reto entender y llegar a la cultura de los hispanos, para captar su voto y aprovechar su presupuesto nada despreciable.
Para terminar, conviene saber que para el año 2050 se espera que la población de Estados Unidos sea de 400 millones de habitantes, de los cuales una cuarta parte será de origen hispano, y no es descabellado pronosticar que para esa fecha un apellido hispano podría llegar a la Casa Blanca.
Por lo tanto, será el tiempo el que verifique el sueño de ver a un hispano llegar a la Presidencia de Estados Unidos, cinco siglos después del desembarco de Ponce de León en la Florida. •

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