De vacaciones en las afueras de Bogotá
Nuestra América
De vacaciones en las afueras de Bogotá
ENRIQUE CORDOBA
Especial/El Nuevo Herald
Este viaje entre Bogotá, la capital colombiana, ubicada a 2,640 metros sobre el nivel del mar, y Melgar, es el nuevo destino que los turistas pueden escoger en sus visitas a Colombia, un país en alza turística y que en el año 2007 recibió un millón doscientos mil visitantes.
El municipio de Melgar es un centro vacacional con hoteles, casas, fincas de recreo y más de 5,000 piscinas, convertido en el lugar de tierra caliente más visitado por los bogotanos.
En el trayecto de 100 kilómetros por carretera se pasa de 15 a 26 grados centígrados de temperatura en menos de dos horas, y se disfruta una enriquecedora experiencia con la diversidad de paisajes, cocinas y culturas.
El recorrido comienza en la Autopista del Sur de Bogotá, pasa por Bosa y Soacha, importantes zonas industriales, y conecta con la Carretera Panamericana o Vía a Girardot, puerto sobre el río Magdalena.
En Chuzacá, el sitio más alto y donde se inicia el descenso, se encuentran las poblaciones de clima cálido vecinas del sur de Bogotá. El viajero empieza a disfrutar de un soberbio paisaje predominante de montaña, atravesado por una excelente autopista y naturaleza que cambia con el descenso.
A medida que el viaje avanza los pasajeros se van despojando de los suéteres y bufandas, para quedar a tono con el clima de los valles interandinos.
Es costumbre hacer una escala en San Raimundo, sobre el kilómetro 31, para probar típicas comidas rápidas como fresas con crema, calentanos, empanadas, achiras, jugos de frutas y derivados lácteos en un buen número de paradores y restaurantes. El imaginario popular se refleja en los nombres de los puestos de comida: La Vaca Que Ríe y La Vaca Que Llora.
Llegamos a la población de Silvana situada al costado derecho de la vía decorada con árboles exóticos como cámbulos y ocobos, y tiendas de artesanías con muebles de mimbre, guadua y madera.
El municipio de Fusagasugá es conocido por ser la cuna de Luis Herrera, el campeón del ciclismo en vueltas a España y a Colombia, y por los viveros, las plantas ornamentales de interior y exterior, las orquídeas y las bromelias.
Pocos kilómetros más abajo está el descenso de Chinauta y el paso del Boquerón. A los lados de la vía abundan talleres montallantas, galpones para la cría de pollos y ventas de comestibles. A partir de este punto el trayecto se caracteriza por la cantidad de fincas de recreo, la variedad de alojamientos, hoteles tipo resort y centros vacacionales públicos y privados.
Un momento de suspenso lo constituye el paso por la llamada Nariz del Diablo, porque se adelgaza la vía, quedando por la margen derecha el río Negro en la profundidad y en el otro lado de la montaña sobresale un picacho en forma de nariz. La carretera desciende bruscamente entre un cañón con curvas y contra curvas y en el kilómetro 100 está Melgar.
Melgar es un extraordinario centro turístico de Colombia, con 26 grados centígrados de temperatura media y 323 metros de altura sobre el nivel del mar. Adquirió relieve cuando el general Gustavo Rojas Pinilla, siendo jefe de Estado en 1954, creó allí un comando militar y escogió ese sitio para vacaciones y reposar gracias a su cercanía con Bogotá.
Ultimamente ha sido catalogado como uno de los municipios más visitados por los turistas los fines de semana y en época de vacaciones. Tiene varias ventajas: su ubicación céntrica y su agradable clima, que lo convierten en un sitio ideal para descansar. Su población es de 30,000 habitantes y el lugar es conocido como el »mar» de las piscinas en Colombia. Sus principales actividades económicas son el comercio y el turismo. En el sector rural se cultiva plátano, algodón, yuca, caña de azúcar y café. En este lugar se respira el olor de las gardenias, astromelias, bonches y gualandayes.
Las condiciones ambientales también contribuyen a que en Melgar sean populares las ventas de frutales: mango, guayabas, patilla, maracuyá, melón, lechosa (papaya) y granadilla.
Melgar es un aconsejable lugar para escaparse y disfrutar del clima, la gastronomía y la gente sencilla y hospitalaria de esta encantadora zona de Colombia.•