ENRIQUE CORDOBA: Política, moral y estadio

ENRIQUE CORDOBA: Política, moral y estadio
BY ENRIQUE CORDOBA

Dos cosas están quedando claras en la política de Miami Dade. Primero: que la policía es una antesala para ser comisionado y alcalde. Segundo: que política y moral no van de la mano en este medio, lo cual es inaceptable y hay que combatir.
Siempre lo repito: Miami Dade es un lugar único, sui generis, donde el corcho se hunde y el plomo flota.
Se ha convertido en una constante que en toda obra que aquí se emprende está implícita la corrupción. Se anuncia un costo inicial y al final termina costando el doble.
Los invito a que visiten el Adrianne Arsht Center para que constaten si los materiales de la silletería y la acústica corresponde a la gigantesca inversión que se hizo en ese elefante blanco. El aeropuerto internacional de Miami y sus terminales frente al dinero invertido, es otro monumento al despilfarro.
El puerto, el ferrocarril, el túnel, el turismo. Las ventajas que está sacando el condado de Broward frente a la incompetencia de Miami-Dade, son temas que no tienen la prioridad que requieren.
Hay negligencia y cuentas que no dan en el Jackson Memorial Hospital –por ejemplo– y esto tiene que preocupar a los líderes decentes, que los hay. Pero no se puede negar que hay intereses que destruyen la credibilidad y confianza de quienes nos gobiernan.
Venezuela terminó en manos de Hugo Chávez, porque el pueblo se desesperó por la corrupción y mal gobierno de los adecos y los copeyanos. Al final, en un acto suicida, se equivocaron al votar y hoy sufren el mayor desastre de su historia. Uno de los mayores responsables fue la clase dirigente. Se enquistaron en el chavismo, unos; pasaron a la oposición otros, y muchos tuvieron que emigrar. El país va en picada al abismo.
Revisemos la lista de alcaldes y comisionados y nos daremos cuenta que primero fueron policías. Carlos Alvarez, el actual alcalde del condado Miami-Dade, fue policía previamente. Joe Martínez, miembro actual de la Comisión del Condado Miami-Dade, también fue policía. El ex alcalde de la ciudad de Miami Joe Carollo, y el ex comisionado y ex candidato a la alcaldía de Miami, Joe Sánchez, igualmente fueron de la policía.
Estos hechos me llevan a pensar en la necesidad de solicitar que se haga énfasis en las asignaturas de ciencia política, administración pública, gerencia y ética, en las academias de policía. Así, cuando den el paso y sigan el camino abierto por sus antecesores, sean ejecutivos competentes.
De Carlos Alvarez se nos has dicho que fue un buen jefe de policía, pero como mandatario del condado ha sido ineficaz. Le quedó grande la estructura administrativa de esta treintena de ciudades con 2.5 millones de habitantes.
Su desgobierno lo estamos padeciendo y la falta de ideas se reflejan en un condado sin dinámica de prosperidad.
Este es un emporio potencial donde deberíamos vivir felices con mejor calidad de vida. Gobernar no es cobrar el salario, engordar la burocracia y favorecer a los colegas con viajes a Panamá. O comprando el BMW más costoso del mercado simplemente porque un empleado, sin pensar en la carencia de los otros, destinó una suma suntuosa para el auto del burgomaestre.
El pobre legado que Alvarez está dejando, debe servirnos de lección para el futuro. No son suficientes las ganas y las promesas. Se requiere de visión gerencial para administrar con imaginación y tino los recursos que salen de nuestros bolsillos.
Necesitamos unos alcaldes y comisionados que no se les olvide que moral y política no pueden disociarse.
Los negocios sospechosos que se cuelan por debajo de la mesa no pueden seguir empobreciendo las ciudades y el Condado. El pueblo no resiste que le saquen más impuestos que luego van a parar a los bolsillos de quienes contratan con el gobierno.
Es moralmente incorrecto, pero legalmente no hay nada que hacer. Con este inconcebible argumento nos responden. Y lo más grave es que la ciudadanía se ha acostumbrado a aceptarlo.
Sólo los políticos del condado Miami-Dade ejecutaron un acuerdo tan desventajoso para nuestros intereses, como el que firmaron para el estadio de los Florida Marlins.
Ocultar el estado de las finanzas y mentir argumentando pérdidas para sacar provecho de los recursos públicos, es un truco bajo e impropio de gente honorable.
Es muy grave lo que se ha filtrado, de que hubo personas del lado de la ciudad y el condado que supieron de la jugada sucia de las directivas de los Florida Marlins.
omparto la posición del alcalde Tomás Regalado, quien desde un comienzo ha cuestionado el contrato y ahora plantea renegociar los términos del parqueo.
¿Tiene presentación construir un estadio en nuestro lote y con nuestros fondos, cuyas ganancias y manejo pertenezcan a los empresarios de los Florida Marlins?
La «emergencia fiscal» que en estos días volvemos a padecer es consecuencia de gobernar a favor de las cuentas de los amigos, y no en beneficio de la ciudadanía que paga tributos.
Preferiría escribir de las bellezas de Miami y las historias que escucho en la calle. Pero no podemos permitir que políticos corruptos frustren el sueño de vivir con bienestar en este maravilloso lugar.

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