Experiencias de viaje por Centroamérica
ENRIQUE CÓRDOBA
ESPECIAL/EL NUEVOB HERALD
Viajé camino a una finca cafetera de alemanes en Nicaragua, con el volcán Momotombo de marco y llevando como chofer a un premiado ajedrecista de Managua que se gana la vida con un taxi colectivo.
El conductor me habló de sus enroques y jugadas maestras sobre el tablero y de su sorpresa por ver un aumento, el número de visitantes extranjeros que llegan a pasear por los campos del país, donde nació el más grande poeta centroamericano, Ruben Dario.
La casa de Dario en León, las ruinas de León Viejo, primera capital de Nicaragua y las isletas del Lago Cocibolca de Granada, fueron los primeros lugares que visitamos.
A la hora de comer me llevó a comer gallo pinto, el plato nacional de Costa Rica y Nicaragua: a base de frijoles con arroz, y vigorón: una comida a base de yuca, repollo y chicharrón.
Después de visitar al comentarista cubano Peter Bernal, fuimos a Matagalpa y conocí el cementerio de los extranjeros. Se trata del campo santo donde están enterrados los seguidores de un grupo de alemanes solteros que inmigraron en 1852 con el propósito de cultivar tierras otorgadas por el gobierno y fundaron una comunidad que hoy tiene una historia, fincas y sus descendientes educados al estilo de Bavaria y Sajonia.
Con costas en el Atlántico y el Pacífico, una superficie de 129,949 kms cuadrados, un poco menos de seis millones de habitantes, éste es un país con enormes recursos naturales.
Su cadena de volcanes, su fauna y flora, y la vida de sus gentes, son los atractivos que buscan los viajeros.
La curiosidad expresada por el taxista de Managua, también toca a los altos niveles. Gobierno y empresa privada de algunos países de América Latina están despertando y abriendo los ojos ante el potencial que representan los viajeros de Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón y China.
Los nativos de esta América indígena, acostumbrados a ir a las playas, rios, lagos; pasear por los volcanes, las montañas y las veredas, están aceptando que esas prácticas genuinas son interesantes y hacen parte de programas de la economía del turismo internacional que deja dólares para el desarrollo de los pueblos.
Por ese motivo, el istmo de Centroamérica que incluye a Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, está creando su infraestructura para que la gente conozca sus tesoros naturales.
Con la excepción de Belice y Honduras, que reciben 800,000 turistas al año, las otras naciones de la zona tienen más de un millón de visitantes y las metas se fijan en llegar a los dos millones de viajeros.
Costa Rica, líder del turismo ecológico ha aprovechado su rica biodiversidad para promoverse como destino en el mundo. La ampliación del Canal de Panamá es un nuevo punto de interés para el turista. Guatemala, cuna de la cultura maya es sitio obligado para quienes buscan en Petén, los majestuosos templos, pirámides y templos.
Belice ofrece sus maravillosas playas vírgenes y las bellezas naturales. El Salvador tiene una combinación de pueblos pintorescos, naturaleza y su legado cultural. Honduras es el único país de Centroamerica que no tiene volcanes, pero posee costas en los dos océanos. Para los amantes del buceo y las diversiones marinas, Roatan es uno de los más famosos destinos coralinos del mundo.
En Centroamerica viajar es acercarse a la naturaleza viva.•
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