Leticia, puerta y corazón del Amazonas
Nuestra América
Leticia, puerta y corazón del Amazonas
By ENRIQUE CORDOBA
Especial/El Nuevo Herald
Leticia, es un puerto colombiano ubicado en el corazón de la selva a orillas del Amazonas, desde donde el río se ve tan imponente que parece un mar y la naturaleza se disfruta día y noche.
Es una esquina fluvial donde confluyen las fronteras de tres países, lo que la convierte en un pequeño epicentro internacional.
Caminando, a pocos metros del Parque Santander, en el centro de la ciudad, por la Avenida de la Amistad, se llega a Tabatinga, la primera población del Brasil, y atravesando el río que tiene más de un kilómetro de ancho, se desembarca en el municipio peruano de Ramón Castilla, nombrado en homenaje a un presidente de ese país.
El vuelo desde Bogotá tarda dos horas y durante el trayecto se sobrevuelan verdes extensiones de reservas naturales, serranías, bosques, selvas y ríos que serpentean entre las llanuras.
Los turistas reciben el primer asombro cuando presencian la caída del sol sobre una lancha en una laguna poblada de victoria regia, el loto más grande del mundo, cuyas hojas soportan el peso de un infante.
En el parque Orellana o cerca del muelle turístico, es posible encontrar a Cápax, un curtido personaje local que atrae la atención de los visitantes por su parecido al legendario Tarzán. Suele nadar arriesgadamente por el río entre las pirañas, que son unos peces carnívoros, y en otras ocasiones posa descamisado envuelto en una anaconda de cinco metros.
Leticia, capital del departamento del Amazonas, tiene una temperatura promedio de 28 grados centígrados, y está incomunicada por carretera con el resto de las ciudades colombianas.
Cuenta con 50,000 habitantes, en su mayoría indígenas de diversas comunidades, siendo los más representativos los nukaks, aún nómadas, y los huitotos, yaguas, tucanos, ticunas, camsás e ingas.
Existen varias empresas turísticas que ofrecen excursiones por el río a Puerto Nariño y a la Isla de los Micos –poblada por centenaries de animales–, frente al corregimiento de Santa Sofía. Se puede ir a ciudades brasileñas como Benjamín Constant y a caseríos vecinos para observar las costumbres y el sistema de vida en los resguardos indígenas.
También se organizan visitas ecológicas guiadas al Parque Natural Amacayacu, donde vive el pueblo Ticuna.
El lugar posee una red de senderos por las cuales se pueden realizar caminatas. Se calcula que existen unas 150 especies de mamíferos, entre los que se destacan el delfín rosado y algunas especies en vía de extinción como la danta, el jaguar, el manatí y la nutria. Entre las muchas especies de primates se destaca el tití leoncito, el más pequeño del mundo. Amacayacu es también el hogar de unas 500 especies de aves y una enorme variedad de peces de agua dulce. El parque tiene algunas comodidades para los turistas, como alojamientos en la plataforma del centro de visitantes donde se puede dormir con un grupo de personas en hamacas o en camas.
En el lago Tarapoto se pueden ver los delfines rosados y grises de agua dulce. Las artesanías de la región amazónica se encuentran en las diferentes comunidades indígenas.
Los principales hoteles de Leticia son el Hotel Anaconda, el Hotel Yurupari, Hotel Decamerón Ticuna y el Hotel Malokamazonas.
»El Amazonas es uno los pocos paraísos que quedan en el planeta», dijo en Leticia, brindando con un trago de caipiriña, el ex diplomático colombiano Humberto Becerra. La caipiriña es un coctel brasileño, muy común en la región y se prepara a base de cachac¸a. Este es un destilado de la caña al que se le agrega azúcar, hielo y limón.•