Luces y experiencias en Medellín

Luces y experiencias en Medellín

BY ENRIQUE CORDOBA

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

La experiencia de siete estadounidenses -tres hombres y cuatro mujeres-, y una puertorriqueña, con quienes viajé a Medellín, invitados por American Airlines, habla del equívoco que sucede con esta ciudad y que se repite para Colombia.
Prácticamente hemos tenido que rogarles a estos periodistas me dijo la coordinadora del grupo, Alejandra Arango. No querían ir, los americanos tienen mucho miedo de viajar a Medellín, explicó.
Llegaron de New York, Texas, San Juán y Orlando -Florida-, a Miami, en horas de la mañana y salimos antes del medio día en un vuelo con propósitos turísticos que duró tres horas hasta el aeropuerto «Rionegro» de Medellín.
Al anochecer fuimos al Parque Lleras, en la zona rosa de Medellín, donde los periodistas-turistas vieron galerías, conversando sobre la vida local y en el restaurante «Bijao» degustaron una diversidad de exquisitos platos de la cocina clásica que Carmen Hoyos, ha retomado inspirada en sabores de 20
países.
Al día siguiente, en menos de 24 horas los viajeros le habían agarrado el gusto al aguardiente, estaban encantados con la ciudad y se les habían olvidado las prevenciones de
inseguridad.
La visita a la Comuna nor-oriental, en la ladera de la montaña, subir en el Metro-Cable -un sistema aéreo- para ver la panorámica de techos y después pasear por las calles de uno de los barrios que hace unos años era cuna de sicarios y temibles narcotraficantes, fue la primera experiencia del sábado.
«Aquí nadie entraba y nadie salía sino era con salvoconducto», dijo Carlos Arango, el guía. «La alcaldía creó un proyecto a base de educación, seguridad y antiviolencia y esto tiene otro rostro». La moderna biblioteca España y programas de participación ciudadana con el protagonismo de la juventud han dado resultados para la recuperación de Medellín, capital de Antioquia.
«Aprovecharon al máximo el espacio público, las laderas y los puentes para convertirlos en graderías, terrazas, teatros y sitios con bancas donde la gente socializa», anotó el periodista Frank Solano, de Radio Caracol, Bogotá.
El Metro-cable convirtió el cable de uso turístico en un medio de transporte urbano de pasajeros.
En la tienda «Aquí todo es casi a 300», en una esquina, casi en plena calle, los viajeros hicieron la pausa para beber pony malta, saborear buñuelos y tomar fotografías del colorido de las casas populares.
«Medellín se enorgullece de tener el mejor alumbrado público de navidad,» declaró Adriana González, gerente del Buró de convenciones. Este año invitaron a 90 periodistas de Iberoamérica a presenciar el espectáculo del encendido de 15 millones de bombillas y luego realizaron un paseo en «chiva», un bus típico colombiano. El sendero de río Medellín, las calles, edificios y jardines adquieren formas de figuras navideñas con luces multicolores.
En el centro de la ciudad están las 23 esculturas en el Parque Botero, un lugar muy visitado.
La gira incluyó un recorrido por el Jardín Botánico, el Parque Explora y el Museo de Arte Moderno donde se exhibe la obra: «Yo fui pintando lo que fui viendo», en homenaje a la pintora Débora Arango.
Después del viaje a Santa Fé de Antioquia, un hermoso pueblo que fue capital, antes del traslado a Medellín, regresamos a Miami en uno de los dos vuelos semanales de Ame-
rican Airlines. Los periodistas estadounidenses volvieron a su tierra felices de haber descubierto a Colombia y con el deseo volver a la Feria de las Flores de Medellín, en agosto del 2011. •

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