Mariscos y vino en Santiago de Chile
ENRIQUE CÓRDOBA.- ESPECIAL/EL NUEVO HERALD.- Ocho horas tardó el vuelo que nos llevó de Miami al aeropuerto de Santiago de Chile. Durante el aterrizaje, a la hora del crepúsculo, se ven desde el aire las luces y una silueta urbana sobre un valle que nace en la Cordillera de los Andes. Ahí está el cerebro y nervio de uno de los modelos económicos mas vibrantes y comentados del mundo, en los últimos 30 años. En el área metropolitana santiaguina residen seis millones de habitantes, muchos de ellos magísteres formados en universidades norteamericanas que retornaron a su terruño atraídos por los incentivos profesionales y la buena marcha del país. Unos metros más allá el Cerro San Cristóbal, centinela de la ciudad dominando el paisaje y el río Mapocho. “Las cosas están muy bien por Chile”, me dijo el chofer del taxi mientras circulábamos por la Autopista Costanera. “Vivimos con los precios de un país del primer mundo, pero los salarios son de uno del tercero”, se quejó. La ciudad recibe al turista con la impresión de ser una urbe organizada y limpia, cuyos logros económicos se ven al alcance de la vista. En las torres de corporaciones multinacionales con helipuertos, modernos centros comerciales, llegada de hombres de negocios y un imparable desarrollo urbanístico. El Palacio Cousiño es una de las principales atracciones turísticas de Santiago de Chile. Fue la primera propiedad en Sur América en tener generador eléctrico comprado a Thomas Edison, amigo de la familia y su construcción data del siglo XVIII. Fue obra de Isidora Goyenechea, la viuda de Luis Cousiño, el magnate de la minería y los vinos. El palacio cedió energía eléctrica al vecindario y ha servido para alojar a personalidades como Golda Meir, De Gaulle y el Rey Balduino de Bélgica, entre tantos. Entrar a esta casa-mansión convertida en museo es una iniciación a la Europa de los salones de estilo italiano o francés, con muebles, pinturas, lámparas, cortinas, comedores, pinacotecas, pianos y jardines de épocas imperiales del Viejo Continente. Muy cerca está la Plaza de Armas que se puede visitar a pie para recorrer el casco histórico. La Catedral, el Museo Histórico Nacional, la Biblioteca, el edificio de Correos, la estatua ecuestre del conquistador Pedro de Valdivia, el Monumento a la Libertad de América y el Portal Fernández Concha, conforman un circuito que guarda la esencia colonial. El Palacio de la Moneda, es el edificio donde despacha el Presidente de la República y está ubicado frente a la Plaza de la Constitución. Pasado el invierno y la nieve en los centros de esquí, el verano del fin de año es propicio para ir a los viñedos ubicados en las afueras de Santiago. El clima mediterráneo y las perfectas condiciones del suelo se asocian para que en los valles del Aconcagua, Colchagua, Maule, Maipo y Casablanca se produzcan los mejores vinos de la zona central de Chile, que han sido un importante segmento de sus exportaciones.• Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2012/11/03/1334831/mariscos-y-vinos-en-santiago-de.html#storylink=cpy