Paisajes y viñedos en la ruta 40

ESPECIAL/EL NUEVO HERALD
Viajar en avión es maravilloso, porque en asunto de horas está uno en cualquier lugar del mundo. Sin embargo, pertenezco al gremio de los que gozamos como niños viajando por tierra, conversando con la gente en los pueblos y comiendo en las posadas populares.

Desde que en 1926 se estableció la U.S. Route 66, llamada la calle principal de América, miles de emigrantes salían de Chicago rumbo al oeste dándole vida al camino y desarrollando una economía próspera. Cubrian los 3,939 kms, hasta finalizar en Los Angeles, pasando por Misuri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California.

En Santa Mónica Blvd, puede leerse la placa en memoria de la carretera Will Rogers, como también se conoció esta “Highway”. Desde 1985 sus tramos pertenecen a la red interestatal marcados con “Historic Route 66”.

Los argentinos también tienen una “columna vertebral”, es la Ruta Nacional No. 40. Nace en La Quiaca, Jujuy, frontera con Bolivia y termina en el sur en Cabo Vírgenes, Santa Cruz.

El viajero goza de toda clase de paisajes a lo largo de 5,224 kms. de carretera.

A mitad de recorrido, encontramos la “Ruta del Vino” en la provincia de Mendoza, donde se cultivan las principales variedades de uvas. “Contamos con 1,200 bodegas y producimos el 70 por ciento del vino de Argentina”, dijo Gabriel Testa, en la oficina de turismo de Mendoza.

Después de dormir en el club Tapiz, rodeados de viñedos en la precordillera, retomamos la ruta 40 hasta la ciudad de Mendoza ubicada en medio de un gran valle.

“La superficie equivale a la extensión cultivada de Sudáfrica o Australia”, indicó el historiador Mauricio Echegaray. “Estamos en la lista de las ocho grandes capitales del vino al lado de Merbourne, Burdeos, Florencia, Rioja-Bilbao, San Francisco-Napa Valley, Porto y Ciudad del Cabo”. El tour es uno de los grandes atractivos para el visitante. No solo para caminar por campos cultivados, hablar con enólogos y participar en programas de cata de los vinos, sino para conocer la arquitectura de las bodegas y las historias alrededor de este negocio.

Entre los dueños e inversionistas en la industria del vino hay desde familias europeas emparentadas con la nobleza hasta millonarios reconocidos de Estados Unidos.

“Mi esposo y yo estábamos de vacaciones que es cuando nacen las mejores ideas”, dijo Cecilia Diaz. Conversábamos en Cavas wine Lodge un moderno y acogedor hotel boutique de 14 habitaciones en medio del viñedo.

“Quisimos hacer un lugar propio, soñábamos con esta vista y nos vinimos de Buenos Aires “.

Construyeron un lindo spa, un restaurante y una cava, el corazón del hotel, donde reposan más de 2,000 botellas de Bonarda hechas con las uvas del viñedo.

A la altura de Agrelo, por la ruta 7, el Paso de Uspallata por donde cruzó el ejército de los Andes para liberar a Chile en 1,817. Cerca el Puente del Inca y el Aconcagua, la mayor altura de América, con 6962 metros. Entre enero y marzo 7,000 escaladores intentan llegar a la cima y disfrutan de la nieve.

El viaje por la ruta 40 es espectacular. Chivito, asados y jugosas empanadas de carne y cebolla, y tonadas con letra de Abelardo Vásquez, lo harán inolvidable.•

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