Una visita al Puente de los Suspiros
ENRIQUE CÓRDOBA.- ESPECIAL/EL NUEVO HERALD.- Lo primero que hicimos, después de aterrizar en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima y dejar las maletas en el hotel, fue salir a cenar en el primero de los restaurantes que nos habían rcomendado. Luego, al día siguiente, hicimos un recorrido por Miraflores con el historiador Teodoro Hampe Martínez y, en la tarde, visitamos el Puente de los Suspiros, uno de los íconos turísticos de la ciudad. El puente, reconstruido después de su destrucción en 1881, sirvió de inspiración a la compositora Chabuca Granda para su famosa canción Puente de los suspiros, un vals peruano que que se escucha desde México hasta el sur de América. “Puentecito escondido/ entre follajes y entre añoranzas/ puentecito tendido/ sobre la herida de una quebrada”. “Amigo, venga, sin compromiso”, me llamaba un músico con la guitarra en la mano, acompañado de otro con un cajón de madera. “Déjame que te cuente limeña,/ déjame que te diga la gloria,/ del ensueño que evoca la memoria/ del viejo puente, del río y la alameda”. Después de La flor de la canela, cantaron Fina estampa y El plebeyo. Atravesé el puente construido en madera sobre una quebrada y caminé hasta una plazuela y la Iglesia de La Ermita. La altura del puente es de ocho metros y medio, tiene 44 metros de largo y tres de ancho, y deriva su nombre de los innumerables romances que se inician en ese lugar. Según la leyenda, a quien lo transita por primera vez, sin respirar, se le cumplen los deseos. Caminar por Barranco, uno de los distritos más tradicionales Lima, es reencontrarse con las historias de su pasado. Nació como un caserío de pescadores que atrajo a veraneantes limeños de clase media y extranjeros quienes construyeron allí sus chalets de estilo europeo. La traductora Cecilia Lawinski lo recuerda como “un balneario antiguo y señorial, a donde iba la aristocracia a fines del siglo XIX y comienzos del XX”. La población de Barranco se estima en 50,000 habitantes. “Es un polo de atracción para la diversión nocturna, cuenta con las zonas antiguas y algunos museos, el principal es el Museo de Osma”, dijo Victor Andrés García Belaunde, congresista del partido Acción Popular. “Es bastante bohemio”, agregó. “Ahí le encanta vivir a artistas, intelectuales y mucha juventud; mi propio hijo tiene un departamento allí, y Vargas Llosa y el pintor Fernando de Szyslo, viven allí en el Malecón frente al mar”. Javier Barranco, un restaurante localizado debajo del puente, en la Bajada a los Baños, yendo hacia la playa, es el favorito de Gerardo Concas, presidente de la agencia de turismo Costamar. “Acostumbro ir a degustar anticuchos y picarones”, asegura. “Hay un buen ceviche y música criolla”.• Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2012/10/07/1315719/una-visita-al-puente-de-los-suspiros.html#storylink=cpy