VISITA A LA TIERRA DEL SOMBRERO VUELTIAO
VISITA A LA TIERRA DEL SOMBRERO VUELTIAO
ENRIQUE CORDOBA
El sombrero vueltiao que fabrican desde hace muchos años los indígenas de la etnia senú, en la región Caribe de Colombia, encontró en los cantante Carlos Vives y Shakira a uno de sus mejores promotores internacionales.
Hoy Tuchin, un municipio del departamento de Cordoba y Sampues en Sucre, ubicados a 220 kilometros de Cartagena de Indias, se han convertido en sitios de atracción turística para visitantes nacionales y de otros países, curiosos por ver el arte del tejido o interesados en adquirir la prenda original.
Tuchin, conocida como la cuna del sombrero vueltiao es parte del resguardo indígena de San Andres de Sotavento, poblado por 20.000 familias indígenas senues, una de las culturas sobresalientes del mapa cultural antropológico del norte de Colombia.
En el Museo del Oro en Bogota se conservan miles de objetos de oro trabajados por estas tribus.
El cacique mayor es Nilson Surita y el cacique de los tuchineros es Santiago Mendoza.
El sombrero vueltiao ha ganado terreno y hoy es emblema de la nacionalidad colombiana. Lo llevan no solo los artistas, deportistas, viajeros y gobernantes que quieren exaltar el colombianismo, sino también gentes que han pasado por Cartagena, Barranquilla, Monteria o Bogota, ciudades donde existen almacenes que lo venden. Desde los presidentes Bill Clinton y George Bush, hasta el empresario Bill Gates, han sido tentados para lucir sus sombreros vueltiaos durante sus estancias por Colombia.
«Es muy curioso que este sobrero que toda la vida han utilizado los hacendados y campesinos de Cordoba, Sucre y Bolivar para protegerse del inclemente sol en sus faenas del campo, sea hoy un adorno tan cotizado», dijo en Sincelejo el ingeniero Jose Raul Carrascal, educador oriundo de la región.
A raíz del auge de los sombreros se ha desarrollado una diversa gama de artesanías hechas con la misma penca de caña flecha, materia prima con la que se hace el tejido de sombreros, carteras, bolsos, brasaletes, aretes y otros dieños.
Las artesanías de los indígenas de Tuchin crecen en la medida que más turistas de otros países visitan a esta zona y se convierten en distribuidores del producto.
Medardo de Jesus Suarez, natural de Tuchin, es un fabricante de 69 años quien ha viajado a España, Alemania, Italia, Japón y Rusia invitado para exhibir su arte. «Aquí viene Jeronimo y Tomas, los hijos del presidente Uribe a comprar mi producto para exportarlo», asegura con orgullo este indígena senú que heredó de su padre la habilidad para tejer a mano. Suarez me demostró que hace sombreros que se venden en pedidos para Estados Unidos, Europa y Asia con diversas marcas y sellos.
«El sombrero no se conoce por las vueltas, sino por la cantidad de fibra que lleva el tejido» dice.
«Se llama quinciano porque lleva quince pares de fibra en su elaboración. Si le montamos 4 al tejido lo convertimos en 19». «Los hay de 15, 19, 23 y 27». Debido a la comercialización tan intensa en la actualidad existen 45 colores de sombrero.
Junto a la industria artesanal de los sombreros de Tuchin, en Sampués proliferan las fabricas de muebles de madera de roble y de mimbre, las hamacas y las abarcas que del uso campesino ha pasado a ser un artículo de pasarelas y altos círculos de la moda internacional.
Una visita a Tuchin y Sampués, debe programarse con unos días en las playas de Coveñas, Tolu o las islas San Bernardo, paraísos encantadores y únicos del Caribe colombiano, que por suerte son desconocidos para el turismo masivo.– Enrique Cordoba R.EnriqueCordobaR@gmail.comMiami, FL