El Buen Camino
Esto es el camino de Santiago de Compostela, una ruta turística para hacer amigos de todo el mundo, momentos de reflexión, lugares para comer muy bien, para tomar vino o cañas, para saber cómo estamos física y mentalmente, una oportunidad de confrontar nuestra capacidad de resolver los caminos pantanosos, los ascensos y las bajadas que tenemos en el camino de nuestras vidas.
En la etapa de hoy subimos pendientes, superamos zonas de humedales, descensos y paisajes de valles verdes de postal. El camino es lo mejor que se han inventado los españoles.
Terminamos la tercera etapa del recorrido de nuestro Camino de Santiago, con alegría y entusiasmo y toda la energía para engullirnos el kilometraje y llegar a Melide, meta volante del destino de esta aventura.
Abandonamos Palas de Reí por un camino rural largo y sinuoso que subía y bajaba y se perdía entre bosques, praderas, fincas, casonas y caserío.
En la ruta se divisaban filas de caminantes con sus mochilas llenas a las espaldas, bastones para guardar el equilibrio entre los pedregales, cantimploras con agua para aliviar la sed, y liberando al viento los pensamientos bajo el azul del cielo de Galicia.
Al terminar está etapa hemos caminado unos 80 kms, que parecen poco, pero nos han golpeado los músculos que nos han hecho pensar en algún momento que no tendríamos mas fuerzas para continuar.
Como en los momentos de la vida, el camino ofrece retos a cada instante. Y nuestro propósito es aprender a superar cada desafío.
Seguimos caminando y con cada paso saludando y conociendo gentes de todo el mundo, hoy descubrí tres irlandesas, dos croatas, un coreano, una tailandesa alemanes, muchos españoles y una pareja de Miami -Nancy y Thomas- con quienes nos intercambiamos números de teléfono para reunirnos en algún momento en la Florida.
Algo fascinante del camino es probar y comer menús deliciosos, hacer turismo por Galicia, tomar vino y cañas, y reflexionar sobre la vida. Llegamos apaleados en las tardes, pero en las mañanas después de superar los dolores musculares, le ponemos entusiasmo al reto y salimos a seguir caminando.
El camino me ha gustado, creo que este invento iniciativa de un obispo de la baja Edad Media, de Santiago, es lo mejor que se han inventado los españoles.
Volveré todos los años a realizar esta aventura gratificante y reparadora y compartir con amigos que el destino nos pone en el andar. El camino es una terapia ecoturística que a todos nos cae bien. Lo recomiendo a chicos y adultos. Buen camino.
Como siempre, inspiradores viajes acompañados de unos relatos fantásticos y la buena energía que nunca falta en los escritos de mi gran amigo. Felicitaciones Enrique, sigue viajando y deleitándonos con tus historias. Un abrazo y ¡Bon Voyage! LUZ AMPARO