KUSADAZI-Éfeso Y CRETA
Kusadazi se ha convertido en el principal destino de cruceros de Turquía. Ciudad de barrios elegantes, playas de vacaciones de la región, y testimonio de civilizaciones mediterráneas. Es un puerto que a primera vista exhibe su condición de emporio comercial, centro manufacturero de textiles, alfombras y artesanías, con centenares de almacenes de venta de artículos de cuero, paraíso de carteras, de damas, bolsos y chaquetas. Los vendedores tienen dos mil años de experiencia y el comprador debe tener la habilidad de saber ofrecer por debajo de la mitad del precio de la etiqueta para empezar a negociar. La casa de la virgen María, es un lugar de visita a media hora del puerto. Y la joya de la corona es Efesos, una ciudad, que fue capital del Asia Menor, de 250.000 habitantes en tiempos del Imperio Romano. Fue sepultada por aluviones del río y el mar; las excavaciones han destapado sólo el 15 por ciento de lo que fue, y el esplendor es una muestra de lo magnífico y extraordinario. Hermosas fachadas, columnas, teatros, y mosaicos, dan fe un pasado glorioso. Me encantó ver el frontis de la biblioteca, tercera de su tiempo, con 25.000 libros, después de la de Alejandría, 400.000 y Pérgamo, 200.000 libros.
El crucero es una gran mezcla de paseo, compartir con amigos, conocer y reaprender historia en vivo y en directo, ah! y comer, como dice un amigo: “para que el crucero salga más barato”.
Desde que puse pie en Creta me fascinó la simpatía de su gente. Pantelitsa me ofreció un trago de Poti Raki, cuando entré a su tienda atraído por una canción griega que sonaba en el altoparlante. Eran las 10 am. Estábamos descubriendo sus calles y edificios. Nos indicó la ruta para llegar al faro de la bahía. Seguimos caminando y Stavros me recomendó que comer y donde, y me regaló un mapa de Chania, el puerto donde nos encontrábamos, segunda ciudad más poblada de la isla. Al final de cada vecindario empezaba uno más interesante. Alexandro nos precisó que el yogurt griego teníamos que comprarlo en el súper mercado y echarle las nueces y la miel, fue la mejor forma de degustarlo. Nos acomodamos en unas bancas, a saborearlo y pasaron unas niñas albanesas, fruto de la Inmigracion de hace algunos años.
El barrio con vestigios minoicos, el judio, y así visitamos buena parte de Creta. Iraklion, la capital dista 100 kms y esa visita será en el próximo viaje por estas latitudes.