Lima

Lima para Bohemios y Amantes de Chifas

Existen golosos —empezando por mi—, que cuando viajamos a Lima, primero pensamos en la comida, que en la garúa que cubre la ciudad en los inviernos. Soñamos con el lomo salteado y las chifas y poca atención le damos al escritor Julio Ramón Ribeyro, que decía que con el progreso “Lima perdió la sombra, la paz y la poesía”.

No soy yo solo. De un tiempo para acá, desde que el mundo descubrió que la mejor y mas rica cocina del planeta está en el Perú, muchos tenemos la manía al conocer a un hombre o mujer, oriundos de la tierra de los incas, de preguntarles inmediatamente: ¿cocinas?. Claro, estamos buscando que en un acto de generosidad, responda: sí, me gusta cocinar, te invitaré a mi casa con todo gusto.

Por ello, la capital peruana es una ciudad a la que hay que ir con los ojos abiertos para ver los cambios de los últimos años, oído afinado para escuchar las marineras en las peñas folclóricas y buen apetito para saborear la más exquisita y variada cocina.

Se ha puesto tan de moda, y está tan extendido el prestigio de la gastronomía peruana, que una semana es insuficiente para degustar los platos y visitar los restaurantes, que los amigos y expertos recomiendan visitar en Lima. Mi vuelo partió de Miami y llegó a Lima cinco horas quince minutos más tarde, encontrando una mañana con temperatura de 15 grados centígrados y sol huidizo. En la tarde salimos con Maripaz, a visitar “El Puente de los suspiros”, uno de los íconos turísticos de la ciudad. Destruido en 1881, posteriormente reconstruido, sirvió de inspiración en 1960 a la letrista de música criolla Chabuca Granda para su famosa canción “Puente de los suspiros”. Es un vals peruano que hace parte del repertorio musical latinoamericano. “Puentecito escondido/ entre follajes y entre añoranzas/ puentecito tendido/ sobre la herida de una quebrada”.

—Amigo venga, sin compromiso —me dijo un músico con la guitarra en la mano, acompañado de otro amigo con un cajón de madera.

Me mostré curioso por su oferta y me detuve para escucharlo. De inmediato empezaron a cantar: “Déjame que te cuente limeña /déjame que te diga la gloria / del ensueño que evoca la memoria / del viejo puente, del río y la alameda”. Después cantaron “Fina Estampa” y “El plebeyo”, les di una propina y nos despedimos. Luego atravesamos el puente construido en madera sobre una quebrada y caminamos hasta una plazuela y la iglesia de La Ermita, inspeccionando esa zona donde acuden visitantes y locales.

La altura del puente que Chabuca popularizó, es de 8 metros y medio, tiene 44 metros de largo y tres de ancho y asocia su nombre de los innumerables romances que se han dado en ese lugar. Según la leyenda el que lo transita por primera vez, sin respirar, se le cumplen los deseos.

Pasear por Barranco, uno de los distritos más grandes de Lima, es reencontrarse con las historias de su pasado. Era un caserío de pescadores que atrajo a veraneantes limeños de clase media y extranjeros que se amoldaron al lugar y construyeron allí sus chalets.

La traductora limeña Cecilia Lawinsky lo recuerda como “un balneario antiguo y señorial donde iba la aristocracia a fines del siglo XIX y comienzos del XX”. La población de Barranco se estima en 50.000 habitantes. “Es un polo de atracción para la diversión nocturna”, comentó el congresista Victor Andrés García Belaunde. “Cuenta con las zonas antiguas y algunos museos, el principal es el Museo de Osma” afirmó. Agregó: “Lugar bastante bohemio, donde le encanta vivir a artistas, intelectuales y gente joven”. “ Favorito de Vargas Llosa”. “El pintor Fernando Szyslo, vivió allí, frente al mar”.

Cada día se ve más gente en las calles, los mercados y aumenta la visita a los museos y las peñas. También se observan decenas de turistas a la hora del cambio de guardia del palacio presidencial, lo cual es una prueba del auge del turismo hacia Lima. La ciudad, es asimismo, una escala para quienes llegan con el propósito de seguir su viaje hasta el majestuoso Machu Pichu.

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3 comentarios

  1. Como limeño orgulloso del Distrito de Barranco
    Peñas criollas, excelentes restaurantes y la vista al mar espectacular
    Buenas dulcerías, con delicias típicas del Perú
    Disfruten que no se arrepentirán
    Enrique Cordoba te felicito por el excelente relato del barrio bohemio barranquismo!!!!

  2. Vea Ud. Me hizo evocar un ceviche qué allá es un ‘bocatto di cardinale’. En un Mayo de tas tas disfrute de un festival internacional del payaso, único en el planeta!.?
    Saludos Enrique

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