Explorando la Isla De Madeira

MADEIRA, LA ISLA MARAVILLOSA

Cámara de Lobos es un animado pueblito de pescadores, sobre una bahía, con lanchas pintadas de colores vivos, casas con tejados “vermelho” y sembrados de plataneras verdes.

Está ubicado a cinco minutos de Funchal, la capital esta isla portuguesa, donde anduvo Colón con su mujer, cuando nadie lo conocía y no había leído el libro de aventuras por Asia de Marco Polo, que lo ilusionaron para empezar a viajar. 

—!Esta es una belleza! Paremos aquí para tomar unas fotos— dije a Antonio Pereira, quien conducía el automóvil en el que recorríamos la isla.

Oriundo de Punta do Pargo, en el extremo oriental, Don Antonio, mi suegro, irradia alegría y orgullo recorriendo y enseñando a propios y extraños las bellezas de la isla de Madeira”. Era mi tercer verano explorando a Madeira. Las vistas y colorido del paisaje me impresionaban como la primera vez.

Ponta do Pargo, pueblo de los Pereira, en la isla de Madeira.

“Dos exploradores, comandantes de carabelas, de la casa de Don Henrique “El Navegante”, Joao Goncalves Zarco y Tristan Vaz Teixeiras, encontraron tantos lobos marinos en aquella época en la que descubrieron esta isla en 1419, que le dieron ese nombre: Cámara de Lobos”, comentó Pereira. 

Hoy es el principal centro de pesca de la famosa “espada” negra; verdadero manjar de la cocina del archipiélago.

Eran las tres de la tarde, sol reluciente y encima el tradicional cielo azul. En una calle, a pocos metros del puerto, un grupo de amigos jugaba dominó cerca de la iglesia.   

Mientras yo tomaba fotografías y digería mi sorpresa, los jugadores de dominó abundaban en referencias del lugar.

“Este paisaje inspiró a Winston Churchill para pintar varios cuadros en sus vacaciones de 1950”, expresó uno de los nativos. “Camara de Lobos es reconocido por sus buenos vinos Madeira que son famosos en el mundo”, agregó otro.

En efecto, la fama del vino llegó primero, después se conocieron las bellezas y los aspectos espectaculares de la isla que atrae centenares de miles de visitantes. Autores de novelas, como Agatha Cristie recrearon en sus obras a personajes sentados a la espera de alguien frente a un vino de Madeira. 

De las cuatro islas, solo Madeira y Porto Santo son habitables. La población total es de 300.000 habitantes. 

Funchal. 

Bahia con lanchas y casas de pescadores, Cámara de Lobos.

Me impresionó venir a Madeira, localizada frente a las costas de Africa y confrontar que esta isla portuguesa se levantó de la pobreza y las penurias que la abatieron a mediados del siglo pasado, para convertirse en “El jardín flotante del Atlántico”.

Además de sus atractivos naturales, salta a la vista la organización, su impresionante infraestructura de vías y túneles, el excelente desarrollo turístico, la exquisita cocina, los buenos vinos y el elevado nivel de vida.

Con la participación de un consorcio británico tienen un plan a largo plazo, de construir el campo de golf más grande de Europa en la franja costera de Punta do Pargo. A mi suegra le compraron parte de sus tierras heredadas, para ese proyecto.

La inmigración hacia Venezuela ha jugado un papel importante en su economía. 

El caos de la II Guerra Mundial en Europa continental también produjo ruina y desolación en los campos y habitantes de Madeira. “No había ni kerosene para las lámparas, y teníamos que alumbrar con aceite de ballena de Porto Moniz”, recuerda Antonio Sardinha, radicado en Caracas y quien se encuentra haciendo diligencias comerciales en Calheta. 

Cuando los hombres cumplían dieciocho años de edad eran reclutados para el servicio militar y enviados a las guerras que el dictador de Portugal, Oliveira Salazar estaba empeñado en librar en las colonias de Angola y Mozanbique.

-No eran guerras, nosotros teníamos que ir a buscar gente para dispararle  -me explicó Manuel Gouveia, un excombatiente de Angola a quien hirieron en una pierna, y quien reside cerca de la casa de mis suegros.

El setenta por ciento de los 300.000 portugueses que emigramos hacia Venezuela entre 1.950 y 1.960 salimos de Madeira, -asegura Sardinha. Por razones del desgobierno que destruyó a Venezuela, tuvimos que salir y muchos han regresado a la isla.

“La isla era muy triste, no había vida”. “Había más gente viviendo afuera que dentro de la isla”, recuerda Sardinha. 

Antonio Sardinha hace memoria y recuerda que el barco “Serpa Pinto” que lo llevó el 18 de agosto de 1.953 de Funchal a La Guaira tardo diez días cruzando el trayecto. 

Madeira tiene más de un centenar de túneles y la red de autopistas y viaductos es moderna y extraordinaria. Madeira es una preciosa isla de montañas verdes y acantilados, con casas de paredes blancas y tejados color ladrillo.

Su población es de 250.000 habitantes que gozan de una muy buena calidad de vida y servicios oficiales, algunos, más avanzados que en Estados Unidos. Es uno de los principales destinos turísticos de Europa, principalmente de los ingleses. Churchill estuvo aquí de vacaciones en el aristocrático Hotel Reid’s en 1925 y 1950. 

Los juegos de media noche del 31 de diciembre del 2006 de Madeira, figuran en el libro de Guinnes como el mayor espectáculo pirotécnico del mundo. 

“Usted puede ver que aquí hay paz y esta es una isla es muy hermosa”, dijo con orgullo Antonio Sardinha,

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