Andalucía

Triangulo mágico de Andalucía

A mi paso por el sur de España, encontré un lugar donde las mil y una noches toman vida: Andalucía.

De Córdoba me dijeron que en tiempos del Califato de Abderramán, era destino de peregrinación de científicos, filósofos, astrónomos y matemáticos. Era la capital del mundo con más de 500.000 habitantes, la Nueva York del siglo X. De la Alhambra, cuentan que vieron bajar llorando por las escaleras a Boaldil, el último rey moro y entregó las llaves de Granada a los reyes católicos, junto al Alcázar del Genil. Por lo que su madre, la sultana Aixa, soltó la frase: “no llores como mujer lo que no supiste defender como hombre”.

Lo primero que me llamó la atención en Sevilla, fue saber que el minarete de la Giralda de 98 metros de altura, construido en el siglo XII por arquitectos bereberes del norte de África, no tiene escaleras. Se asciende por 34 rampas para que el encargado de convocar la oración a los musulmanes pudiera subir a caballo y divisara la ciudad esplendorosa, a orillas del Guadalquivir.

De Madrid a Sevilla en el tren AVE, y luego en automóvil, viajamos durante una semana a nuestro ritmo por excelentes autopistas andaluzas. A los dos costados de la vía un pintoresco paisaje verde, la más grande extensión de cultivos de olivos del mundo. Hay que mencionar nuestro paso por Jaén, provincia líder de este emporio agrícola: 60 millones de olivos, 550 mil hectáreas. 25% de la superficie española, 42% de la andaluza.  

Hicimos paradas en los pueblos y ciudades, y en cada una se comía mejor que en la anterior. Valga señalar que para comer bien y a buen precio, como España no hay dos. Un menú regular de primer plato, segundo plato, botella de vino, o cerveza, o refresco, pan y agua, incluidos, por 10 euros, es lo normal en todo el país. Sube a 12 o 15 euros, un especial con platos más elaborados (mejor marisco, mejor carne).

Es conveniente tener presente que el horario de almuerzo en España es de 1:30 a 4 pm. En restaurantes de un mejor nivel sirven almuerzo a las 2 pm, y después del postre los clientes suelen quedarse en tertulia con amigos, piden café y copas, y pueden quedarse sin presión hasta las 5 o 6 pm; se trata de gente que no tiene que cumplir horario. Jamás un camarero o dueño de negocio insinuará que se levanten de la mesa para dar paso a otros comensales. Esto hace parte de la cultura española.

Los protagonistas de la cocina andaluza son: el pescado frito, la paella, el gazpacho, la tortill a de patatas, las aceitunas, los postres y los buenos vinos. A mi pregunta: ¿cómo son los andaluces?, “ abiertos, sencillos, y alegres”, respondió Antonio Doblas, guía de turismo de Sevilla.

Caminando por el barrio árabe, Albaicín en Granada, el Santa Cruz, antes judería de Sevilla, y el morisco San Basilio de Córdoba, experimenté encuentros con leyendas y el paso de íberos, fenicios, griegos, romanos, árabes y visigodos, entre otras culturas que narran historias en Andalucía. 

En fin que solo una semana nos fue suficiente para verificar lo que muchos han asegurado: Andalucía es un paraíso con tablao, flamenco, cortijos y el clima soñado. Andalucía te espera.

La Real Alcázar de Sevilla
La mezquita de Córdoba
La Alhambra, palacios, fortalezas y jardines, de Granada.

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