Caminata por la histórica Guadalajara
Nuestra América
Caminata por la histórica Guadalajara
ENRIQUE CORDOBA
Especial/El Nuevo Herald
Guadalajara, con ocho millones de habitantes, no es sólo la capital del Estado de Jalisco y la segunda ciudad más poblada de México, sino una ciudad con excelente clima –entre 11 y 26 grados centígrados–, que además cuenta con sol y cielo despejado casi todos los días del año.
Desde el 29 de noviembre pasado, Guadalajara se ha convertido en el centro del mundo editorial en español y en la casa de uno de los festivales literarios y culturales más importantes del continente. Este año caracterizada por un homenaje a Carlos Fuentes por sus 80 años, la entrega del premio de literatura en lenguas romances al portugués Antonio Lobo Antunes y las letras italianas como invitadas especiales.
Mi vuelo a los predios del mariachi y el tequila, partió del Distrito Federal de México para recorrer los 540 kilómetros que lo separan de este epicentro de hospitalidad, folclor y gastronomía. En menos de una hora, desde el avión se divisó un inmenso valle, la laguna de Chapala y, muy cerca, las tierras donde se organizó el primer asentamiento que hoy se conoce con el nombre de Guadalajara, en honor a la ciudad española.
Como toda ciudad que se respete ésta también tiene una leyenda, según la cual, después de tres intentos, una mujer, Beatriz Hernández, de las pocas que acompañaban a los vecinos de la villa, decidió la historia. Sesenta y tres familias europeas la apoyaron para vivir en un punto del valle de Atemajac. Las dudas volvieron y trataron de buscar otro lugar más cerca del agua. Cristóbal de Oñate sacó un cuchillo y lo clavó en un árbol que tenía frente a él y declaró fundada la ciudad. El desorden pasó cuando Hernández pidió silencio, agarró un gallo callejero y gritó: «Gente, aquí nos quedamos, por las buenas o las malas y el rey es mi gallo».
El 10 de diciembre de 1560, Guadalajara pasó a ser capital de Nueva Galicia.
La avenida 16 de Septiembre y la avenida Juárez, en el centro, muy cerca de donde ocurrieron estos sucesos históricos, son el corazón de Guadalajara y el mejor lugar para iniciar un recorrido.
En ese punto la urbe se parte en cuatro sectores. Es una ciudad bellísima, de plazas con espacios amplios, carrozas con caballos y calles arborizadas que invitan a caminar.
Para comenzar: la catedral, el palacio de gobierno, el palacio municipal y el teatro Degollado; en su parte trasera está una placa que describe los detalles sobre la pintoresca fundación de la ciudad.
Las construcciones son obras de la arquitectura colonial. Luego están el templo San Francisco de estilo barroco y arte neoplateresco levantados por los religiosos franciscanos.
La capilla Aransazu guarda el retablo plateresco más importante de Jalisco. Caminando por la avenida Juárez llegamos al sector de influencia francesa a raíz del arribo de arquitectos galos quienes pusieron su impronta del siglo XIX y XX.
La ciudad se desarrolla y registra un avance hacia el poniente. »Se levantaron casas más modernas con la arquitectura de ventanas grandes», explica la escritora tapatía Laura Hernández.
No se pueden dejar de visitar: los murales de Orozco en el hospicio Cabañas y el museo regional junto a la catedral.
Guadalajara es un mundo de contrastes. Se pasa del Palacio de Hierro, una tienda de ultra lujos de marca a la calle Alvaro Obregón, en la zona de oriente, donde acude la gente popular. Allí es posible comprar un pantalón por 100 pesos mexicanos, equivalentes a $8.
En Jalisco ofrecen una excelente gastronomía. Para un plato de comida típica mexicana hay que ir a la posada San Miguel, que antes fue un convento y lo
remodelaron.
En La Chata, calle Corona entre 16 de Septiembre y López Cotilla, hornean un pollo muy sabroso, conocido como »a la Valentina», servido con cebolla y chile, y papitas doradas, por un valor de 70 pesos mexicanos, $6. En Karnes Garibaldi, en la avenida Mariano Otero, frente a Plaza del Sol, tienen otro plato exquisito, a base de sopa con carnes asadas, frijoles y tocino, y verduras a precios populares, igualmente.•