ENRIQUE CORDOBA: Cuando los amigos se van

ENRIQUE CORDOBA: Cuando los amigos se van
By ENRIQUE CORDOBA
Cuando se nos van amigos como el periodista, abogado, historiador y diputado nacional José Ignacio García Hamilton, quien falleció en la madrugada del jueves en Buenos Aires, a los 65 años de edad, víctima de un cáncer que se lo llevó en pocos meses, a uno le queda el vacío de un diálogo inconcluso.
García Hamilton, con Carlos Alberto Montaner y Plinio Apuleyo Mendoza, fueron los encargados de clausurar la Feria del Libro de Miami, en el 2008, debatiendo en un panel sobre las realidades de Latinoamérica.
De grandes convicciones democráticas, el año pasado, en el aeropuerto de La Habana el gobierno le impidió entrar a la isla. Sin embargo era un hombre que sabía respetar a quienes no pensaban como él.
»Estoy terminando un libro sobre la vida de Juan Domingo Perón», me escribió hace dos semanas, en el último correo que me respondió.
Nuestra amistad nació hace una década con motivo de sus frecuentes viajes a Miami invitado como conferencista de la Universidad Internacional de la Florida, medios de comunicación y otros centros académicos del país.
Aquí presentó sus libros Vida de un ausente, sobre Juan Bautista Alberdi; Cuyano alborotador, sobre Domingo Faustino Sarmiento; Don José, acerca de José de San Martín; Simón, vida de Bolívar.
Para responder del caso de Argentina, un país exitoso en 1920 y en caída en 1958, este autor escribió el libro Por qué crecen los países.
En una entrevista en Radio Caracol, en noviembre del 2008, acompañado del profesor de FIU Guillermo Lousto, el economista Guillermo Yeats y el periodista Rodolfo Windhausen, García Hamilton dijo: «Argentina crece cuando el ideal de hombre que quiere crear la Constitución es de paz y de trabajo. De trabajo porque veníamos de un trabajo forzoso, del sistema de encomienda, donde el obligado al trabajo rechazaba la tarea y el amo se acostumbraba a la ociosidad. Y de paz porque veníamos de la guerras coloniales y de la guerras civiles como tuvimos todos los países hispanoamericanos después de la independencia. Con ese ideal el país creció».
Su visión de los problemas de hoy eran muy precisos: «No tenemos una economía competitiva donde el empresario que triunfa es el que produce buenos productos a bajos precios, que es la esencia del capitalismo. El que estudia el mercado y produce buenos bienes a un precio conveniente, triunfa. Y si los hace malos o a precios altos, es derrotado por el mercado y se funde».
«En cambio en América Latina las ganancias vienen de un buen contacto con el Estado, con el presidente, y los empresarios tienen esa cultura lamentablemente. Los empresarios ganan dinero a través de los mercados cautivos o de restricciones a la competencia que les crea el propio gobierno».
No hay frontera para que los amigos se vayan. En tiempos de juventud en el final ni se piensa. Por ley de vida hay un momento en el que la generación se va desgranando como una mazorca. Uno a uno todos se van yendo sin despedirse. Y es que nadie se despide, como si nadie quisiera irse. Orlando Naranjo tenía la costumbre de levantarse a las cinco de la mañana, tomar café y leer los obituarios. »Orlando se viste y va a las funerarias todos los días», me comentó su esposa, «porque siempre encuentra la noticia de la muerte de un amigo».
Esto fue hace años y asistíamos a una reunión nacional de periodistas hispanos en un hotel de la playa.
Creo que la amistad es el verdadero tesoro de la vida y como pensaba Aristóteles, una gran necesidad.
Es cierto que la vida se acaba, después lo que queda es el sentido que se dio a esa vida. José Ignacio llenó su maleta de vivencias y de curiosidad histórica, pero vivió con alegría. Así lo recordaremos.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *