Entrevista con António Lobo Antunes.`La poesía de Víctor Hugo nos salvó la dignidad en la guerra’

Entrevista con António Lobo Antunes.`La poesía de Víctor Hugo nos salvó la dignidad en la guerra’
By ENRIQUE CORDOBA
Especial/El NUevo Herald
El escritor portugués António Lobo Antunes declaró en una entrevista con El Nuevo Herald que «pensaba que la literatura no servía para nada, a no ser para el placer y la alegría de leer. Yo no pensaba que tuviera una utilidad práctica, y tiene su
utilidad».
Lisboeta con 66 años y uno de los escritores siempre mencionados entre los candidatos al Nobel, aceptó esta entrevista después de recibir el Premio Juan Rulfo en la FIL, Feria del Libro de Guadalajara, México, en diciembre pasado.
Estudió medicina y sirvió al ejército portugués en la guerra de liberación de Angola, en esta segunda visita a Jalisco, mostró su debilidad por las mujeres y el idioma de esta parte del hemisferio y expresó su deseo de vivir en Latinoamérica, «hoy voy a buscar una casa», afirmó, con su cigarrillo inseparable en los dedos y su segunda esposa, sentada a pocos metros.
Sobre su paso por la guerra en Africa cuenta que él formaba parte de ochenta soldados y cuatro oficiales, «acabamos muy pocos, y nos atacaban todas las noches, a las 11».
«Cerca del Ecuador es siempre noche a las seis de la tarde. Los crepúsculos son muy rápidos y de una belleza increíble, y bueno, se cenaba a las cinco, después venía la noche y empezaba una tensión muy grande, hasta que empezaba una ametralladora del Movimiento de Liberación, que llamábamos la máquina de costura. Hacia tac.. tac.. tac… y, después el ruido de los morteros era casi insoportable», recuerda el escritor y psiquiatra ya recuperado de un cáncer que lo afectó hace años.
La vida en medio de la jungla y la brutalidad de las armas cambia para Lobo Antunes y sus compañeros cuando «el capitán un día aportó un libro de Víctor Hugo y entonces, después de la cena, cada uno de nosotros leía en alta voz un cuarto de hora. La poesía era el único libro que teníamos. Yo pienso que Víctor Hugo ha sido decisivo para nosotros porque nos devolvió una dignidad humana que habíamos perdido…, éramos cuatro hombres niños viejos esquizofrénicos viviendo lejos de todo», reflexiona.
Enseguida precisa el novelista: «estábamos en un lugar llamado las tierras del fin del mundo. Angola es muy larga y muy grande. Oír poesía leída por nosotros nos hacía humanos, porque éramos máquinas, y eso era muy importante para nosotros. Yo pienso que los oficiales de acá, de la compañía, son los que han tenido problemas postraumáticos. Después de la guerra hemos sido salvados literalmente por la poesía».
«Las sillas eran hechas de pedazos de cajones de cerveza y cosas asi», recuerda. «Pasamos dos meses comiendo espaguetis y mermelada porque no teníamos más nada: en el desayuno, almuerzo, comida, y cena, todo el tiempo. Y de repente la voz de Víctor Hugo expresada por la voz trémula de cuatro oficiales llenos de miedo, porque el valor es no tener miedo de tener miedo. Miedo teníamos
muchísimo».
António Lobo Antunes dice que «una vez le preguntaron a André Gide, –un esxcritor que me gusta y que respeto mucho– quién era, en su opinión, el más grande poeta francés, y él contestó: Víctor Hugo por desgracia mía, pero es verdad es un gran poeta y un hombre que ha escrito `el sueño es el acuario de la noche’ es un gran escritor, porque esta es una frase que sólo una mano muy buena puede
escribir».
«Eso nos ayudó mucho», asegura el autor de No entres tan de prisa en esta noche oscura. Es increíble cómo la poesía puede ser importante, ante todo, puede incluso devolverte la dignidad que ya no tienes y la esperanza también, y eso es lo más importante: la esperanza».
¿Tiene preferencias por Africa?
Africa me gusta mucho, pero creo que me gusta más México, Colombia y los países de Latinoamérica.
Admiro la increíble belleza de estos países. Me siento aquí como en casa, no me siento extranjero.
Me llama la atención la latinidad que para mí es muy importante. Aquí he sido feliz, la gente me ha tratado con un cariño, y me ha brindado su amistad.
Nos comprendemos sin palabras. Hay mucha elegancia, mucho calor humano y el idioma aquí es muy dulce y sensual.
Y, que me perdonen, pero me gusta la belleza de las mujeres de Latinoamérica.
¿Algo especial en su disciplina de escritor?
Es un trabajo como otros, de las 9 hasta la 1, de las 2 hasta las 8. De las 9 hasta 11 de la noche, todos los días. El problema es cuando no estoy escribiendo. Se pasan tres, cuatro meses y no son agradables, me siento culpable porque todo el mundo trabaja y yo no. Es muy difícil cuando no se escribe.
¿Hay algo nuevo en el portugués de hoy?
Un gran navegador del siglo XV decía: «Poca terra para nacer y mucha terra para vivir». Entonces yo no tengo concepto nacionalista de nada, porque en nombre de esos conceptos me han enviado a la guerra.
Lo que me interesa es sentirme bien, mi país es donde me siento bien, y aquí me siento bien. Me siento bien en Portugal, pero me siento bien en todo el mundo latino. En España me siento bien, en Italia me siento bien. Y aquí me siento mejor que en España, y que en Italia.
¿Hay buenos novelistas hoy?
Sí, sin embargo, cuando uno piensa que en el siglo XIX, había 30 genios escribiendo al mismo tiempo, en Francia, Rusia, Inglaterra, en todas partes. Actualmente si hay 5 grandes escritores es mucho. Se pasó la edad de oro de la novela del siglo XIX, ahora hay muy pocos buenos grandes escritores, me parece a mí.
¿Hay razones para eso?
Sería muy fastidioso explicarlo, de todas maneras es muy diferente ahora. Otra cosa que me gusta de Latinoamérica es el amor a la cultura y el amor a los libros. La Feria del Libro de Bogotá es muy conmovedora y la Feria de Guadalajara es cada vez más importante. Yo he invitado a norteamericanos, profesores y editores y están completamente deslumbrados con lo que pasa aquí, porque en Estados Unidos esto no existe y para mí era muy importante que ellos tuvieran una idea de México. Quedaron deslumbrados por el amor a la cultura y cómo la gente hablaba. La idea que ellos tienen de nosotros es muy racista, muy horrible, pero se quedaron deslumbrados por la manera en que la gente hablaba, por la herencia natural de un pueblo de príncipes y eso para mí ha sido muy importante. Espero que lleguen a Estados Unidos y expliquen en realidad lo que somos. El racismo para con nostros es increíble.
Ustedes han sido grandes emigrantes.
Tuvimos que emigrar porque somos pobres. Ahora, en Portugal, se acabó la emigración, casi no hay, nos miran de arriba.
Su nombre sigue en la lista de los candidatos al Premio Nobel.
No pienso en eso, todos los premios que me he ganado me han llegado de la manera más inesperada, no pienso en eso, no es
importante.
Lobo Antunes tiene tres hijas que, según él, quisieran tener un padre más privado, no un padre público. Con ellas no habla sobre
los libros.
«Puedes estar en un restaurante y se acercan personas a pedir una firma. Para mis hijas esto es muy complicado. Entonces es mejor mantenerlas alejadas de todo eso».
Al terminar la entrevista el escritor de trato cordial, con pequeñas dificultades para escuchar, encendió otro cigarillo y me firmó el libro que tenía a mano Segundo libro de crónicas, donde escribió: «A los veinte años creía que el tiempo resolvía sus problemas: a los cincuenta tenía ya conciencia de que el verdadero problema era el tiempo». •

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