Málaga es Bali en Costa del Sol
La tarde que llegué a Málaga, procedente de Cádiz, luego de recorrer 240 kilómetros por la vía de Algeciras, los turistas se habían tomado la ciudad y caminaban por las calles con un helado en la mano soñando en la casa de Picasso.
Los turistas en su mayoría nórdicos, alemanes, franceses, y españoles del resto de la península, semejando ríos humanos, iban y venían, arrancándose la costra de la pandemia, con el sol y la alegría del la costa mediterránea.
Los espetos de sardina en la playa de Pedregalejo, son una estampa con sabor. Y como si esto fuera poco, Málaga también tiene un teatro romano al pie del Alcázar, que es una fortaleza-palaciega de la época islámica, en pleno corazón de la ciudad.
Málaga vive un boom como destino turístico, en Andalucía. Es lugar para pasar largas temporadas gracias a su excelente clima, gente hospitalaria, 38 museos, la casa de Picasso y ahora convertido en puerto estratégico de cruceros del Mediterráneo.
Por estas y otras razones sus calles son un muestrario de turistas de toda Europa y el resto del mundo.
Asistí al II Congreso Internacional de turismo de Cruceros de Andalucía, donde entrevisté al Presidente del Puerto de Málaga, Carlos Rubio, y pude compartir con adictos al crucero, como Jesús García, editor de crucero adicto, una publicación del mundo de los cruceros. Vengan a Málaga les encantará.
Málaga fue otra escala de este recorrido por Andalucía, que iniciamos con Maripaz, mi esposa y coequipera, de 100 días de aventuras postpandemia, por España, Italia, Malta y Portugal.
