Desde la Costa del Sol
La costa del sol en Andalucía encanta con solo llegar y abrir los ojos. Más que eso es una franja de litoral Mediterráneo que se extiende desde Málaga hasta Gibraltar. ¿Por qué agrada y atrae tanto turismo? Atrae por su huella morisca palpable en el casco antiguo de sus pueblos, los chiringuitos para comer espeto de sardinas en la playa, y por la gente acogedora.
La costa del sol es uno de los principales destinos de los nórdicos, y europeos de Inglaterra, Francia, Bélgica, Alemania, y de españoles de otras latitudes de la península, que vienen a pasar largas temporadas por el sol y el buen clima de casi todo el año.
En este octubre conseguí un apartamento en Fuengirola, y desde aquí nos desplazamos con Maripaz, mi esposa, y Carlos Enrique, mi hijo mayor, residente en Madrid, por Torremolinos, Marbella, Benalmádena, las playas y la montaña. En ocasiones anteriores hemos entrado a las cuevas de Nerja, recorrido el Caminito de Rey, las calas, pueblitos blancos y la ciudad de Málaga.
Fuengirola, es una fiesta diaria, con sus miles de residentes extranjeros que la transforman en una ciudad cosmopolita, acogedora y alegre. Tiene 83.000 habitantes, y la población en temporada de verano sobrepasa los 200.000.
Su paseo marítimo de 9 kilómetros, entre Mijas y Benalmádena, es una pasarela viva, a toda hora, que invita a caminar, disfrutando del mar y la gente. La superficie de su término municipal es de 10 km2.
Anoche tuve la fortuna de reencontrarme y disfrutar una tertulia con amigos poetas, escritores y periodistas fuengiroleños como Pepe Sibajas, amante de la historia de su pueblo, y Antonio Madrid. Fuengirola es una joya, que brilla en el
Mediterráneo, por su hospitalidad y ambiente internacional, donde venir de vacaciones, es una tentación a quedarse.
